Estas ondas de presión acústica son las que se ocupan en medicina estética, con una frecuencia de 3MHz para aplicar sólo a nivel de tejido conjuntivo y adiposo sin tocar otros tejidos, produciendo cambios térmicos, mecánicos, químicos y generando efectos lipolíticos.

Gracias a su aplicación es posible dar forma al cuerpo, ayuda a salir más rápido de una dolorosa etapa postquirúrgica ya que este método favorece la reabsorción de edemas, aumenta la elasticidad y la permeabilidad de los tejidos, induciendo a la vasodilatación y al mejoramiento del metrabolismo del tejido adiposo, restableciendo la microcirculación afectada.

El ultrasonido es altamente indicado para casos de celulitis y queloides circulatorios (cicatrices benignas que se presentan durante el proceso de cicatrización de una herida), facilita una mejor oxigenación de los tejidos y ayuda en la modelación corporal.